Reseña: Alejandro Vargas | @Alex_Giovanni_V
Fotos: Oscar Villanueva
Ayer por la noche, una gran cantidad de jóvenes nostálgicos asistieron a El Plaza Condesa con el propósito de presenciar la tercera visita de The Maccabees a nuestro país. Para muchos, el evento ya no suponía mucha novedad, pero para otros significaba una gran oportunidad para dar cuenta de porque la banda inglesa es reconocida como una de las agrupaciones contemporáneas más
importantes en Inglaterra.
Al llegar al recinto, se podía notar que la mayoría de los asistentes rondaba en las edades de 20 a 25 y que muy pocos de ellos tenían bien asimilado el nuevo material de la banda: Marks To Prove It. En cuanto la banda salió al escenario a tocar Wall Of Arms y Feel To Follow, pude comprobar mi punto anterior, ya que ambas fueron canciones que el público coreó como si fueran una extensión natural de su propia voz a pesar de ser de sus primeras producciones.
En seguida de los clásicos ya mencionados, llegaban Kamakura, Young Lions y Love You Better; un corte medianamente aceptado de su último disco y dos grandes clásicos. Los dos últimos tuvieron una aceptación increíble a pesar de que en ocasiones al vocalista Orlando Weeks se le olvidaban fragmentos de las letras de sus propias canciones. Afortunadamente muchos nisiquiera notaron este percance y sustituyeron la voz del vocalista con gritos y propuestas de casamiento.
Al interpretar Precious Time, uno de los temas más antiguos de su catálogo, todos los asistentes del foro de la calle Nuevo León cantaron cada uno de sus versos como en ningún otro de la noche. Se notaba que casi todos los que se encontraban en el recinto eran grandes fanáticos y esto se notaba claramente en las ovaciones que la banda recibía canción tras canción.
La audiencia no paraba de brincar, bailar y enloquecer al ritmo frenético de los creadores de Can You Give It. Al interpretar dicha canción, los recuerdos fluyeron sobre la propia música y esto dio lugar a varios individuos en situación de lagrimas y a otros tantos en una felicidad exacerbada por el recuerdo de los viejos tiempos.
No Kind Words y Spit It Out marcaron el final del primer set y enseguida la banda fue a darse un pequeño y merecido descanso. A pesar de muchos de los asistentes ya no tenían la capacidad de cantar, estos no se rindieron y continuaron ovacionando a su banda aunque ésta ya no se encontraba en el escenario.
Después de unos breves minutos, la agrupación salió nuevamente al escenario con ganas de derrochar hasta la última gota de sudor para dejar más que satisfechos a sus fanáticos. La tranquila y deprimente Slow Sun, la genial y conocida Toothpaste Kisses; y la multiaclamada y favorita Pelican fueron las encargadas de dar fin a uno de los mejores shows que The Maccabees ha dado en nuestro país.
Al finalizar el show, a la banda se le notaba extasiada y al público mucho más. No hay duda de que la banda está en uno de sus mejores momentos y también de que cada vez los mexicanos van recuperando su ya reputación de "el mejor público del mundo".
