Texto: Luis Garau Villalonga | @GarauLuis | Corresponsal Joyride Europa
Fotos: Clara Juárez
Carmen Boza, gaditana afincada en Madrid, publicó el año pasado
su primer disco tras una exitosa campaña de crowdfunding.
Ahora, tras presentarlo por toda España a lo largo de un frenético año, lo
reedita y continúa su camino para tratar de consolidarse como una de las
cantautoras más exitosas de España.
En el álbum
podemos conocerla a fondo pero, para los despistados, nosotros tuvimos una extensa
charla con ella en un café de Madrid donde nos habló de sus principios, su álbum
debut La Mansión de los Espejos y de las ganas de poder llegar al otro
lado del Atlántico con sus canciones.
Tengo entendido que empezaste subiendo vídeos de tus canciones a YouTube
pero, ¿cuándo empezó realmente Carmen Boza?
Nunca me
interesó realmente la música hasta que me di cuenta de que era capaz de tocar y
crear canciones. A través de YouTube empecé realmente a hacer público mi
trabajo, y cuando me mudé de La Línea (Cádiz) a Málaga aumenté el ritmo de
conciertos mientras los compaginaba con mi trabajo. Empecé a frecuentar un
local llamado La Botica, donde se
creó una escena de cantautores que estábamos empezando. Fue muy bonito. Si
tuviese que decir un momento en el que decidí que quería dedicarme a esto
supongo que fue cuando me mudé a Madrid. Quise probar y tomarme esto más en
serio.
Entonces te mudaste, en 2011, para dedicarte a tu carrera musical… ¿Te
dedicaste únicamente y exclusivamente a la música una vez en Madrid?
Llevaba
trabajando desde los 16 años y tenía 23 cuando me mudé a Madrid. Tenía un
colchón de dinero ahorrado y un paro asegurado que me daría como mínimo unos
meses de tranquilidad. Me fui con la firme decisión de limitarme a hacer música.
Empecé a tocar bastante y a la vez seguía moviéndome por otras ciudades. Sin
embargo, en un momento dado sentí que esta auto-imposición estaba haciendo que
dejase de disfrutar de la música. No me identificaba del todo con unas
canciones que tocaba mucho más de lo que quería y me dolió ver que lo más
importante para mí, que era hacer música, me estaba dejando de apetecer.
Y te tomaste un año sabático, según tengo entendido. ¿Funcionó como
esperabas ese descanso? ¿Te ayudó de cara a la composición del disco?
Más o menos
un año y medio estuve sin tocar, sí. Pensé que era la forma más honesta y
coherente de seguir haciendo canciones sin obligarme a depender de ellas para
pagar el alquiler. Sentía que esto acabaría tomando una inercia que no me
dejaría respirar y no tenía por qué forzarme a hacerlo. Me puse a trabajar en
un bar y al final, de ese periodo, salieron el 70% de las canciones del disco.
Fue un tiempo que me ayudó a adaptarme y tomármelo con más calma después de la
vorágine que se vive al llegar nueva a una ciudad como Madrid. Aprendí muchas
cosas y asenté muchas otras, me ayudó mucho.
Estuve hace poco viéndote en formato acústico en Madrid y antes de
tocar uno de tus temas, Culpa y Castigo,
hablabas de cómo para ti la única forma de calmar un sentimiento de culpa es
pagando de alguna manera por tus actos. ¿Siempre te inspiras en sentimientos o
vivencias propias o te dejas empapar por otras historias u otras artes?
Me gustaría
decir que me inspiro en otras historias, pero la verdad es que a mí me gusta
ahondar en las ideas y en los sentimientos y los míos son los únicos que
conozco. Por lo tanto, mis textos son de inspiración muy autobiográfica. En
este caso particular, “la culpa, la calma y el castigo” era una idea que me
llevaba rondando la cabeza desde hace tiempo. Hay momentos en los que te
sientes tan culpable que lo que menos puede calmarte es el perdón. Sé que
probablemente algún día me retracte de las letras que escribo ahora pero por
eso mismo son autobiográficas, luego es muy interesante revisitarlo a modo de
diario. Con el tiempo da un poco de vértigo, pero me parece que es lo
interesante del artista, es el legado que dejamos.
Tu disco fue posible gracias a una campaña de crowdfunding que hiciste después de ese año sabático que resultó
ser un éxito absoluto. Cuéntanos un poco cómo lo viviste. ¿Ese éxito resultó
una presión a la hora de grabar?
En una
campaña de crowdfunding tienes 40
días para recaudar el objetivo inicial, y a las ocho horas ya había superado la
cantidad que pedía para grabar el disco. Lo flipante es que esta campaña la
hice después de mi año sabático, y el hecho de que la gente siguiese apoyándome
fue una inyección de autoestima. Tienes algo de presión porque les debes resultados
a esa gente que te ha apoyado, pero la mayor presión resulta de las
expectativas que están puestas en ti, por la gente que se ha involucrado,
porque los medios se hagan eco de esa campaña,… Pero yo pensé que si esa gente
había confiado en mí, confiarían en mi criterio a la hora de seleccionar las
canciones y componer el disco, así que de alguna manera me sentía tranquila y
arropada.
El disco está producido por Toni Brunet, un músico con mucho recorrido
y que además te acompaña como guitarrista en tus directos. ¿Fue clave, a la
hora de grabar, hacerlo con alguien tan cercano, que te conoce a ti y a tus
canciones?
Pues la
verdad es que fue determinante que Toni hiciese la producción del disco. Es un
concepto, el de la producción, que puede resultar un poco abstracto. Toni me
decía que un buen productor es como un buen maquillador y las canciones son
como una chica guapa a la que hay que saber encontrar el punto justo para que
luzca mejor su belleza. El hecho de que él también sea compositor e intérprete
creo que le ayuda a entender el papel de un artista como yo. Mis canciones
nacen de mi guitarra y mi voz como sentido último, y él creo que ha sabido
mantener eso como centro del disco.
Esa primera edición salió en formato vinilo únicamente para los
mecenas del crowdfunding y en digital
para el resto del mundo. Ahora has decidido reeditarlo en formato CD y has
añadido dos canciones nuevas. ¿A qué se debe eso?
Edité un
número justo de copias en vinilo para los mecenas como muestra de agradecimiento
por su apoyo, pero también hice copias en CD para vender en mis conciertos.
Estas dos ediciones en formato físico contenían dos canciones extra que
buscaban darle un valor añadido, por encima del formato digital, y logramos
agotar existencias. En esta reedición añadimos otras dos canciones más que yo
había dejado fuera porque en su momento pensé que quizás no aportaban tanto al
disco y lo hacían excesivamente largo. Una de ellas está grabada en directo con
toda la banda que me acompaña ahora y me hace especial ilusión.
Vienes de tocar un par de conciertos con Nacho Vegas. ¿Qué tal la
experiencia? ¿Qué expectativas tienes de cara al próximo concierto en Madrid?
Tocar con Nacho Vegas ha sido una experiencia
increíble. Es uno de los músicos más consolidados de nuestro país y salir a
telonearle en acústico, yo sola, era un reto muy bonito y que disfruté
muchísimo. Fue maravilloso conocerle a él y a su banda, que son músicos
increíbles y gente muy normal, le estoy muy agradecida. En Madrid tocaré con
toda la banda y empezaré a usar yo también la guitarra eléctrica; tengo muchas
ganas porque creo que me ayudará a encontrar nuevas vías a la hora de componer
y tocar las canciones y espero que sea un gran concierto. Será una de las salas
más grandes en las que he tocado y me apetece mucho.
Has estrenado tu primer videoclip profesional, para Culpa y Castigo. ¿Cómo se te ha dado eso
de actuar? Es un poco inquietante…
Muy bien, la
verdad, a mí me divierte mucho todo esto. Lo único que hay que tomarse en serio
en la música es hacer buenas canciones, el resto es disfrutar. Que sea
inquietante era un poco la idea que teníamos, reflejar la atmósfera casi
paranoide de la culpa, la calma y el castigo. Yo quería que al final de la
canción, como se superponen diversas líneas de voz, apareciese yo varias veces.
Se lo propuse al director, desde mi ignorancia, y entendió muy bien la idea y
la llevó a cabo a la perfección.
Habiendo empezado a través de una red social como YouTube, ¿consideras
que son un elemento fundamental para el artista actualmente?
Considero que,
a menos que seas ya alguien muy consolidado a lo Joe Henry, si quieres que se
oiga tu música y se te conozca es una herramienta básica. Hay que estar presente
en la actualidad y es innegable que la actualidad es Internet, funciona a
través de las redes sociales. Si a la gente le llega algún tipo de información
sobre ti, te va a ir a buscar a las redes sociales. Creo que hay que ponérselo
fácil, especialmente si eres un músico emergente y quieres salir a la palestra.
Nosotros venimos en representación de un medio mexicano para intentar
ayudarte en la difusión de tu arte y tus canciones. ¿Qué ilusiones tienes
puestas al otro del Atlántico de cara al futuro?
Podría verse
como algo natural por el idioma en el que canto, pero dar el salto es muy
difícil. España es un país relativamente pequeño y el único de habla española a
este lado del mundo; siento que es algo que limita mucho y que hay un mundo de
posibilidades al otro lado. En esos países hay muchísima más gente a la que
podría llegar con mis canciones, que es lo que más ilusión me puede hacer en
esta vida. Todo artista busca trascender, y cuanta más gente te oiga mejor.
Nunca he sucumbido a cantar en inglés porque me encanta nuestro idioma y
considero que no es necesario con la cantidad de gente que hay hablando
español. Ojalá vaya pronto.