Texto: Luis
Garau Villalonga | @GarauLuis | Corresponsal Joyride
Europa
Fotos: Clara
Juárez
En la Sala
But de Madrid continúa el ciclo de conciertos en celebración del 15 aniversario
del mítico Ochoymedio Club. Inaugurado el
pasado día 19 con el concierto del grupo barcelonés The New Raemon, este pasado
viernes 25 el sello El Volcán nos trajo a Club
del Río, banda de tintes folk y latinoamericanos que con solo un disco está
logrando crear una comunidad fiel de fans que se incrementa concierto a
concierto. Para abrir la noche tuvimos la oportunidad de ver a los granadinos Pájaro Jack presentando su segundo LP Vuelve el bien.
Hacia las
nueve y cuarto salieron a escena Pájaro Jack y comenzaron a practicar su
pop-folk. Durante su actuación contaron con la colaboración de la artista de su mismo sello Soleá
Morente, que cantó una canción y encandiló a la sala. Desde la pista, el
artista rumbero Tomasito seguía el concierto con atención.
A pesar de
no conocer a fondo sus álbumes sí que pude disfrutar de canciones que conocía
del segundo disco, como David Luiz o
el single Vuelvo en mí, que sonaron
realmente bien y fueron de las que mejor conectaron con el público. Entre
ellas, algunos temas se permitían pasajes más psicodélicos, sustentados en
potentes bases rítmicas, que lograban enganchar a un respetable que a ratos
desconectaba, al haber acudido con más ganas de bailar. Fue un concierto
notable pero que no consiguió crear una atmósfera constante que, a pesar de
irradiarse desde el escenario, no acabó de cubrir toda la sala.
Tras su
actuación comenzó a congregarse más gente en la pista con ganas del plato
fuerte de la noche. Club del Río no se hizo de rogar y en poco tiempo estaban
ya listos para empezar. Saludaron efusivamente al público y recibieron un
enorme feedback desde el principio.
Comenzaron con una canción en la que se limitaron a una guitarra acústica y
tres voces, tras la cual se unió el resto de la banda para empezar a sacar
temas de su disco debut: Monzón.
Sonaron
canciones como Es Natural y Abrázame, coreadas por un público que ya
había calentado y empezaba a mostrar su mejor versión. Cuando los ánimos
estaban altos, Soleá Morente hizo su segunda aparición de la noche en La Madriguera, que bajó el ritmo un poco
para menear al público en un suave vaivén de buen rollo. Pero eso no podía
durar mucho, porque tanto el grupo como la gente tenían ganas de bailoteo. La
presentación de dos nuevas canciones llamadas Un Buen Día y Guateque bastó
para que la fiesta volviese a su más alto nivel, gracias a ritmos salseros y
armonías vocales marca de la casa.
El disfrute
de la gente era evidente durante todo el concierto. Erosión fue el primer punto álgido de la noche, tocada nuevamente a
tres voces y guitarra y coreada por prácticamente la totalidad del público,
demostrando que el éxito del grupo es real y palpable. Tras ella siguieron
tirando de fondo de armario con grandes temas del álbum, que destriparon casi en su totalidad, como Como Forma De Vida o Lunes.
Ya en la
recta final del concierto, Ídolos dio
un empujón más de ánimo a la sala para llegar con fuerzas al final. Tras
retirarse, el reclamo de la gente les hizo volver a salir para acabar la fiesta
por todo lo alto y muy agradecidos a un público que durante todo el concierto
respondió de forma inmejorable. Tanto los primeros acérrimos de la banda como
aquellos que acudieron a probar suerte con ese grupo que les había pasado su
colega dos días antes debieron salir satisfechos, pues lo único que se veía era
gente encantada de la vida por todos lados. Club del Río se consagraba como
banda a la que seguir de cerca en los próximos años. Gran apuesta por parte de El Volcán. Su música está hecha para
traspasar fronteras.