Fotos: Clara Juárez
La sala Moby Dick Club, en el norte de Madrid, es un local grande, pero no tanto por su capacidad de espectadores –alberga a 250 personas–, sino más bien por su historia. Desde su apertura en 1992, ha sido uno de los locales más conocidos y reputados para escuchar música en directo en la capital española, además de ser en la actualidad un referente del panorama independiente madrileño.
Es en este mes de marzo cuando se celebra su vigésimo tercer aniversario con una serie de conciertos cuyo cartel cuenta con nombres nacionales e internacionales como Za!, Los Punsetes, Templeton, Stu Larsen, Oneida, Los Ganglios, Disco Las Palmeras!, entre otros.
Los encargados de cortar la cinta inaugural fueron Tuya, Being Berber y Owl Captain, todos ellos bajo el sello madrileño El Rayo Verde, que sigue el modelo del DIY (Do it Yourself) y que ya agrupa a catorce bandas emergentes españolas y dos extranjeras.
Este colectivo de músicos ha decidido "tomar el camino de la autogestión, al margen del acuerdo discográfico que mantenga cada uno por su cuenta", presentando directos "pensando en la calidad y la economía de los gastos frente a los presupuestos inflados", según argumentan en su web. Un tipo propuesta interesante y que aporta una perspectiva diferente al concepto "independiente" en un género musical de moda en los últimos años pero todavía de complicada definición.
Eran las nueve y cuarto de la noche del pasado miércoles y apenas contábamos medio centenar de personas en el Moby Dick Club, decorado –como siempre– con afiches que simulan la bodega de un barco y con alguna que otra guitarra eléctrica colgada de la pared.
El primero en llegar a la fiesta fue Owl Captain, proyecto en solitario de Gonzalo Ruiz, al que hemos visto en bandas como Mechanismo o La Casa Del Árbol y que venía a presentar su EP Nights (2014).
Con un "no tengáis miedo" este malagueño animaba a acercarse al público, que con temas como Day/Sleep, Fireworks o Wolves and Saints y la buena acústica de la sala –quizá demasiado fuerte para las primeras filas– iba pasando poco a poco de la pasividad a la intensidad.
La energía de un directo que aumentaba con cada músico que subía al escenario, hasta que llegó el turno del siguiente grupo. Porque estas tres bandas son como una gran familia, y varios de sus componentes tocan simultáneamente en varios grupos, de modo que tras casi treinta minutos de concierto, el californiano Christopher Peterson y el resto de Being Berber subió a escena, dejando atrás el rock/folk de Owl Captain para dar paso al electro-pop de Being Berber.
Después varios reconocimientos como ser elegidos para formar parte en la primera convocatoria de música del Matadero de Madrid o haber sonado en Radio 3 con su single Anthem, Being Berber presentó su EP Anthem (2013), con canciones de fuertes ritmos donde los sintetizadores son protagonistas, como New Years's Eve, Deshielo, Iceland, Home.
En un abrir y cerrar de ojos, el Moby Dick que se había llenado y animado, de nuevo media hora parecía poco tiempo para desplegar todo lo que estas bandas podrían ofrecer, pero los asistentes ya estaban listos para el plato fuerte de la noche, Tuya.
La sala Moby Dick Club, en el norte de Madrid, es un local grande, pero no tanto por su capacidad de espectadores –alberga a 250 personas–, sino más bien por su historia. Desde su apertura en 1992, ha sido uno de los locales más conocidos y reputados para escuchar música en directo en la capital española, además de ser en la actualidad un referente del panorama independiente madrileño.
Es en este mes de marzo cuando se celebra su vigésimo tercer aniversario con una serie de conciertos cuyo cartel cuenta con nombres nacionales e internacionales como Za!, Los Punsetes, Templeton, Stu Larsen, Oneida, Los Ganglios, Disco Las Palmeras!, entre otros.
Los encargados de cortar la cinta inaugural fueron Tuya, Being Berber y Owl Captain, todos ellos bajo el sello madrileño El Rayo Verde, que sigue el modelo del DIY (Do it Yourself) y que ya agrupa a catorce bandas emergentes españolas y dos extranjeras.
Este colectivo de músicos ha decidido "tomar el camino de la autogestión, al margen del acuerdo discográfico que mantenga cada uno por su cuenta", presentando directos "pensando en la calidad y la economía de los gastos frente a los presupuestos inflados", según argumentan en su web. Un tipo propuesta interesante y que aporta una perspectiva diferente al concepto "independiente" en un género musical de moda en los últimos años pero todavía de complicada definición.
Eran las nueve y cuarto de la noche del pasado miércoles y apenas contábamos medio centenar de personas en el Moby Dick Club, decorado –como siempre– con afiches que simulan la bodega de un barco y con alguna que otra guitarra eléctrica colgada de la pared.
El primero en llegar a la fiesta fue Owl Captain, proyecto en solitario de Gonzalo Ruiz, al que hemos visto en bandas como Mechanismo o La Casa Del Árbol y que venía a presentar su EP Nights (2014).
Con un "no tengáis miedo" este malagueño animaba a acercarse al público, que con temas como Day/Sleep, Fireworks o Wolves and Saints y la buena acústica de la sala –quizá demasiado fuerte para las primeras filas– iba pasando poco a poco de la pasividad a la intensidad.
La energía de un directo que aumentaba con cada músico que subía al escenario, hasta que llegó el turno del siguiente grupo. Porque estas tres bandas son como una gran familia, y varios de sus componentes tocan simultáneamente en varios grupos, de modo que tras casi treinta minutos de concierto, el californiano Christopher Peterson y el resto de Being Berber subió a escena, dejando atrás el rock/folk de Owl Captain para dar paso al electro-pop de Being Berber.
Después varios reconocimientos como ser elegidos para formar parte en la primera convocatoria de música del Matadero de Madrid o haber sonado en Radio 3 con su single Anthem, Being Berber presentó su EP Anthem (2013), con canciones de fuertes ritmos donde los sintetizadores son protagonistas, como New Years's Eve, Deshielo, Iceland, Home.
En un abrir y cerrar de ojos, el Moby Dick que se había llenado y animado, de nuevo media hora parecía poco tiempo para desplegar todo lo que estas bandas podrían ofrecer, pero los asistentes ya estaban listos para el plato fuerte de la noche, Tuya.
Después de un pequeño descanso en el que los propios componentes recogieron instrumentos y cableado, la banda liderada por David T. Guinzo (Sidonie, Anni B Sweet o Templeton) ponía sus pies en el escenario de la ballena sonriente. Este grupo –a caballo entre el rock, el folk y la electrónica– formado en Madrid, presentó en 2012 su primer LP Waterspot (Subterfuge Records), aunque previamente ya habían iniciado una gira por toda España que les había llevado a tocar en festivales de la talla del FIB o Primavera Sound.
Aunque esta formación haya sufrido varios cambios desde sus inicios, su disposición sobre las tablas no lo ha hecho, algo que seguramente haya tenido que ver mucho en su éxito.
Con una actitud cercana al punk y con unos motivados Guinzo (voz y guitarra) y el batería Juan Diego Gosálvez (Russian Red, Alex Ferreira) Tuya es capaz de alentar a un público adormilado con potentes temas del estilo de All my best, Never Vacation o la tranquila Metal Shelves, que se llevó una de las grandes ovaciones de la noche.
Aunque esta formación haya sufrido varios cambios desde sus inicios, su disposición sobre las tablas no lo ha hecho, algo que seguramente haya tenido que ver mucho en su éxito.
Con una actitud cercana al punk y con unos motivados Guinzo (voz y guitarra) y el batería Juan Diego Gosálvez (Russian Red, Alex Ferreira) Tuya es capaz de alentar a un público adormilado con potentes temas del estilo de All my best, Never Vacation o la tranquila Metal Shelves, que se llevó una de las grandes ovaciones de la noche.
Porque el repertorio de estos chicos es bastante variado: te puedes encontrar disfrutando relajado con las suaves Wooden House, Rust, Clouded y de repente empezar a mover los pies al ritmo de Hooray for liars o las pegadizas Cake y Stearling and Cooper, el primero de los dos bises de la noche, presente en el último EP autoeditado Montains Moving (2014) .
Cerca de la medianoche ya no quedaba tiempo para más y la banda se despedía de nosotros con estas palabras de Guinzo: "sois mogollón de colegas, acojona. Gracias por estar aquí", para después animarnos a seguir yendo a "conciertos pequeñicos", reivindicando iniciativas musicales como las de El Rayo Verde.
Con Dark Dawn, de su primer EP (Own EP, Subterfuge, 2011), perfecta para una despedida, Tuya ponía fin a cerca de dos horas y media de conciertos en familia, en su particular "patio de recreo", en una pequeña sala, pero en realidad muy grande.
Cerca de la medianoche ya no quedaba tiempo para más y la banda se despedía de nosotros con estas palabras de Guinzo: "sois mogollón de colegas, acojona. Gracias por estar aquí", para después animarnos a seguir yendo a "conciertos pequeñicos", reivindicando iniciativas musicales como las de El Rayo Verde.
Con Dark Dawn, de su primer EP (Own EP, Subterfuge, 2011), perfecta para una despedida, Tuya ponía fin a cerca de dos horas y media de conciertos en familia, en su particular "patio de recreo", en una pequeña sala, pero en realidad muy grande.