Reseña a "Chasing Yesterday" de Noel Gallagher

Por @aldoelhombre

El nuevo disco de Noel Gallagher y sus High Flying Birds ya se encuentra en estantes de tiendas de discos y eso, personalmente, me llena de alegría. Chasing Yesterday, el segundo trabajo de Noel en solitario, y sus diez tracks –catorce en la versión de lujo– evidencian que la persecución por los buenos tiempos del ayer, como lo indica el título, es tarea en esta producción.

El primer álbum del 2011 fue una respuesta de Noel a su frustración, y en cierta parte decepción, por el despojo de Oasis. Para quienes conocemos bien a los hermanos Gallagher, sabemos que detrás de esa dicharachería tan característica de los ingleses, hay un sentimiento de abandono al proyecto más importante de sus vidas; una sensación de desilusión que ambos trataron de canalizar en sus respectivos proyectos.

Liam lanzó un álbum debut de Beady Eye cumplidor a secas mientras que Noel prefirió guardar sus cartuchos para cocinar con cuidado su platillo solista. El resultado no fue malo, pero las comparaciones con Oasis en su etapa post The Masterplan fueron inevitables. Buenas canciones sueltas pero una floja consolidación en unidad fue lo que escuchamos en aquel disco que presumía a Noel fuera de foco y posando debajo de unos verdosos focos.

Antes de escuchar la nueva placa, el de Manchester nos deja una primera impresión clara: su figura luce nítida en la tapa del álbum, no hay más nubosidad sobre él y aunque porte unas gafas negras, parece no tener miedo de mostrarse.

Iniciamos con Riverman, una balada de amor, que, al menos explícitamente, no fue un tema socorrido en su anterior entrega. La voz de Noel se mantiene discreta y en buena parte del track parece susurrar al micrófono, pauta que rompe en puentes y coros donde sube en compañía de los etéreos efectos en su guitarra. Destacamos la suma de un nuevo elemento a la instrumentación y es que la parte final de la canción es adornada por un clarinete, que jamás habíamos escuchado en ninguna de las etapas de Noel.

Le sigue el primer sencillo; In The Heat Of The Moment confirma la presencia que tiene el bajo en el disco, este se dirige a la par de las cuartas de la guitarra, que prácticamente se repiten toda la canción. Lo mismo con The Girl With X-Ray Eyes, que a pesar de ser un track más tranquilo –y probablemente la canción más floja–, inicia con las gruesas cuerdas de bajo que no dejarán caer la canción.



La tranquilidad de la chica con ojos de rayos equis es rota por la primer canción donde la guitarra distorsionada de Noel es verdadera protagonista. Lock All The Doors tiene toda la esencia del rock británico noventero y por momentos emula a lo hecho por Johnny Marr en The Messenger (2013). Mucho overdrive, mucho solo, mucha fuerza en percusiones, eso sí, en raciones necesarias.

Nuevamente encontramos una pieza de pausa y tranquilidad. The Dying Of The Light, el viejo demo que quedó enlatado en el 2011, es retomado y llevado al sitio que merecía. Una de las mejores composiciones de El Jefe es guiada por un piano y una guitarra acústica que ven en pequeños arreglos de eléctrica a su mejor compañía. ¡Un aplauso por rescatar ese track!

Después encontramos The Right Stuff y es aquí donde podríamos integrar la nueva etapa del ex Oasis. Además de encontrar un ensamble casi perfecto, la canción es el claro reflejo del gusto, complacencia y pasión de Noel por su nuevo proyecto: un track conducido por un ligero golpe de baqueta al ride y un juego de tarola que nos recuerda a Cast No Shadow, una guitarra con las cuerdas poco tensas y una voz femenina acompañando a la voz de Gallagher, siempre secundada por el bajo, solos agudos de guitarra y el sentimentalismo del clarinete de nuevo. 

Continúa la inercia con While The Song Remains The Same, donde la comodidad de Gallagher vuelve a ser notoria. Juegos con pedales y la continua linea de bajo que nos lleva a la parte final del álbum.

El Chasing Yesterday verá su ocaso en The Mexican y en You Know We Can't Go Back, canciones totalmente seducidas por el rock and roll puro y que servirán de preámbulo para Ballad Of The Mighty I, la pieza colaborativa entre Noel y Johnny Marr que nos enamoró hace algunos meses cuando fue lanzada como sencillo. El eslabón final abandona la velocidad del rock and roll y regresa a la métrica y estilo que conocemos de Gallagher.



La edición de lujo y su disco extra es totalmente prescindible e innecesaria. Do The Damage y Freaky Teeth son las únicas que se salvan; sin embargo, son tracks que ya habíamos escuchado (la primera fue lanzada hace un par de meses y la segunda es un tema que la banda tocó bastante en su gira pasada). Restan Revolution Song, la canción más gris del repertorio, y un remix a In The Heat Of The Moment que resulta en un relleno sin sentido.

Lamentablemente el disco se queda corto con las expectativas que un artista como él puede ofrecer. Si las cuentas no me fallan, cinco de las catorce canciones son temas ya escuchados, lo que reduce el factor sorpresa en el resto del disco; evidentemente esperaba un par de canciones más en la edición básica y más esfuerzo en la edición de lujo.

La banda suena mucho más compacta respecto al primer disco, de eso no hay duda. La fuerte presencia del bajo y fondos de órganos y teclados hacen evidente la apertura de Noel para con sus nuevos compañeros. Se trata pues, de un proyecto conjunto, en el que Gallagher se siente más cómodo y donde deja en claro que Oasis por ahora no es tema de interés.

1:08 a. m.