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    miércoles, 2 de diciembre de 2015

    Reflexiones en torno al Vive Latino 2016

    Texto: Aldo Llorens | Fotos: Luis Avilés

    La conferencia de prensa llegó. Todos listos, bien acomodados en las butacas del Teatro Metropólitan. Muchos esperábamos que la pantalla se encendiera y con ello nombres de bandas interesantes aparecieran. 

    Sin embargo, el silencio fue común al momento en que terminó el video de presentación. Todos pensaron que habría algo oculto, una revelación final. Nada. No hubo cuchicheos ni sonrisas de emoción. Hubo dejos de desconcierto.



    El problema no es la calidad de las bandas, sino la unión de todas ellas en un festival. Un sabor agridulce ocupa nuestras bocas; por una parte tremendo gusto por la consolidación de proyectos súper propositivos y que han picado piedra como pocos (Big Big Love, Los Viejos, Kanaku y El Tigre, Pumpayó) y decepción por la poca ambición de los organizadores, que en consolación rezan que "volvieron a sus raíces" al traer a bandas y solistas del corte de Porter (que ha tocado en decenas de festivales en los últimos 18 meses), Café Tacvba (que ha estado presente en la tercera parte de las ediciones del festival), Carla Morrison, Bunbury (que había prometido retirarse), Los Auténticos Decadentes (que seguramente ya viven en México) y DLD.

    Una de dos: o ya viste a las bandas en otras ediciones del festival, o gozaste de ellas en la intimidad de Caradura, El Imperial o Pasagüero. 

    A todo esto, reiteramos nuestro reconocimiento a las bandas que por primera vez mostrarán su talento en el VL. Lo tienen más que merecido. 

    Las jugadas fuertes –porque eso son– van por Savages (por estrenar disco en enero próximo), The Prodigy (último lanzamiento a inicios de 2015) y Two Door Cinema Club (nadie sabía nada de ellos), que si bien son proyectos más que interesantes y llamativos, se quedan cortos a los ases de años pasados (Robert Plant, Arcade Fire, Interpol, Die Antwoord, Nine Inch Nails y hasta Placebo).

    Finalmente la conferencia remató con un breve show de los Abominables y preguntas huecas de la prensa, que seguramente trataba de conciliarse con la idea confusa del cartel.

    Nuestro argumento evidentemente se contrapone con el aquellos que dicen "está bien, es algo verdaderamente latino, justo lo que se necesitaba. Es bueno que se apoye a lo local, dejen de quejarse". La situación es que el festival había trazado una línea distinta hace unos años; nos empezaba a acostumbrar a un line up mucho más potente. ¿A qué se debe el cambio?, ¿por qué de repente nos giran el rumbo?, ¿por qué de la noche a la mañana 'vuelven a sus raíces'?

    Finalmente la suma de todos estos factores resultan en una triste verdad: somos testigos del paso a ciegas del evento, de su pérdida de identidad –también presente en el esfuerzo por traer bandas anglosajonas– y de sus patadas de ahogado por mantenerse en el corazón de los que alguna vez disfrutamos de él. 




    El festival se realizará en el Foro Sol los días 23 y 24 de abril. Por su parte Ticketmaster detalló que habrá preventa Banorte (¿neta?) desde el día de mañana (2 de diciembre) y la venta el público general estará disponible a partir del 4 de diciembre. Los precios quedaron establecidos así:

    Boleto por día: $980 pesos
    Abono 2 días: $1,306 pesos
    Sección Platino por día: $1,130 pesos
    Abono Platino dos días: 1, 570 pesos

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    Item Reviewed: Reflexiones en torno al Vive Latino 2016 Rating: 5 Reviewed By: Redacción Joyride Magazine
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