Por José Bautista
Aún recuerdo esa emoción cuando esperaba entrar al venue, ese sentimiento que sólo una banda con mucho hype puede provocar. No era el único; en los chavos que me acompañaban en la fila se notaba la misma agitación; vestían folclóricos –como yo– con pantaloncillos amarillos, rojos, azules, verdes, y gafas de los mismos colores.
Ocurrió allá por el 2007, octubre
14, cuando una de las agrupaciones más importantes del momento, acogidas por la
NME, aterrizó en nuestras tierras, en el José Cuervo Salón.
Abrió una banda nacional, bastante
mala y de la que jamás volví a saber cosa alguna, Los Weeds. La audiencia lo dejó sentir y salieron sin
decir ni gracias. Sin embargo, el desempeño del cuarteto inglés prendió de
inmediato. The Bouncer, un b side que tenían guardado, fue la rola elegida para
abrir uno de los mejores conciertos de aquel año. Éxito tras éxito, ¡todo el primer álbum fue un jodido éxito!
Algo que no se me puede borrar de
la memoria es el encore: todos esperamos a que volviera la banda, en ese
instante comenzamos a cantar el coro de Golden Skans, tan perfecto, tan coordinado,
tan lleno de sentimiento.
Klaxons es el nombre de la banda
que llegó a imponer moda, tendencia y hasta género. Sí, su new rave fue imitado
por varias agrupaciones del momento, algunos intentos mediocres, por lo que se
engrandece más a James Righton, Jamie Reynolds, Steffan Halperin y Simon
Taylor-Davis: únicos en crear algo tan espectacular… y destrozarlo de la misma
manera.
Alabamos a Myths Of The Near
Future en el 2007. Tragamos a Surfing The Void (2010) y terminamos vomitando a Love Frequency
(2014).
Una cosa es clara: la banda sabe de su metida de pata y todo indica a que este 2015 podría ser el último año que escuchemos de ellos. Nuestro país recibirá a este conjunto inglés; tres fechas, dos
ciudades. El espectacular adiós depende de nosotros. Por eso te damos las 5 razones por las que
tienes que ir a verlos.
5.- Tengamos fe en que Love
Frequency en vivo es genial: No nos queda de otra. Escuchemos esos sencillos que seguramente serán OTRA COSA en vivo.
4.- Echoes: No nos visitaron en la gira del Surfing The Void y Echoes es LA rola. La única canción que vale la pena de toooodo el disco. Será un placer escucharla.
3.- Seamos jóvenes otra vez con Atlantis
To Interzone: ¡Sí, que los saltos no paren! ¡Que la enfuria no se acabe!
2.- Revivamos el clásico de
clásicos: Golden Skans. Tenemos que volver a cantar ese coro llegador que marcó al 2007.
1.-¡Es el adiós a Klaxons, joder! ¿Puede haber otro gran motivo? Seguramente terminaremos derramando la lagrima con It's Not Over Yet. ¡WOW! ¿Pueden
visualizar ese momento…? ¡wow! No pueden
escoger mejor canción para rompernos el corazón.
Recuerda que las fechas para la Ciudad de México, Lunario del Auditorio Nacional, son el 28 y 29 de enero. Los boletos tienen un costo de $550 general y $850 VIP a través de Ticketmaster.