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    jueves, 16 de octubre de 2014

    BBK Live, la última vez que vimos a Crystal Fighters


    Texto y fotos de escenario: Fernando Prieto Arderius (corresponsal Joyride Magazine en Europa) | @fprietoarderius  

    A poco más de un mes de la muerte a los 33 años de edad de Andrea Marongiu, batería del grupo Crystal Fighters –por causas no confirmadas, el diario La Nuova Sardegna apuntaba a un infarto– no puedo evitar recordar la última vez que tuve la oportunidad de disfrutar en directo de la banda londinense antes del fallecimiento del joven músico italiano.

    Me encontraba en uno de los eventos más importantes de la música independiente en España, el Bilbao BBK Live, que en esta su novena edición el 10, 11 y 12 de julio vendió todas las entradas y batió récord de asistencia con 139.000 espectadores (120.000 al festival y 19.000 a diversas actividades y actuaciones por la ciudad de Bilbao, según la organización) gracias a bandas como Franz Ferdinand, Phoenix, The Prodigy, Foster the People, The Black Keys, MGMT o los ya mencionados Crystal Fighters.

    En la primera jornada los británicos White Lies, con buena actitud pero con cierta falta de conexión con el público, abandonaban el escenario Heineken tras su famoso tema Bigger than us dejando paso a un engominado John Newman en el escenario principal. La gente estaba más que dispuesta para el ambiente festivo que el cantante tenía preparado y en la explanada del recinto Kobetamendi la cerveza y los saltos se alternaban con temas como Cheating, Losing sleep o el hit mundialmente conocido Love me again en un concierto que fue de menos a más y que precedió a uno de los más esperados por el público español.



    Ya era completamente de noche cuando las luces se encendían en el escenario Bilbao para Franz Ferdinand, plato fuerte de la noche. Parece que los años no pasan factura para los de Glasgow, sino todo lo contrario, demostrando una implicación y un disfrute tocando como pocas bandas del festival. No faltaron temas como Take me out o Do you want to, coreados por unos asistentes entregados, que al finalizar el concierto corrían para hacerse un hueco en el escenario secundario para ver a Phoenix.

    Con luces sencillas y sin complejos, los franceses empezaron con la “chinesca” Entertainment y continuaron con Lisztomania, repasando sobre todo sus tres últimos trabajos y demostrando que se puede dar un excelente recital aun si dejar lo mejor para el final, sobre todo si el cantante Thomas Mars intenta constantemente eludir la seguridad para sentirse más cerca del público, que tras más de una hora de concierto le quedaba todavía mucha noche por delante.

    Ya en el segundo día del BBK, aparecía un grupo de chicos californianos que sin muchos artificios ni complicaciones, más que sus voces, sus instrumentos y un sencillo juego de luces encandilaron al respetable. Foster The People demostró su peculiar estilo con canciones como Pumped Up Kicks, Helena Beat o Houdini que les ha llevado a tocar hasta el otro lado del charco. Solo tienen dos discos (Torches, 2011 y Supermodel, 2014) pero su juventud en este caso fue sinónimo de éxito.

    No nos iríamos muy lejos para el siguiente concierto, o mejor dicho sesión, la que nos ofrecería un grupo de ingleses veteranos en esto de los festivales y que eran el nombre propio de la segunda jornada: The Prodigy. Seguramente la potencia que demuestran –si vas a las primeras filas ten cuidado de no resultar lastimado por algún compañero festivalero– en temas del calibre de Firestarter, Invaders must die, Out of Space o Breathe haya influido mucho en que se hayan mantenido en primera línea musical en un panorama tan cambiante como el electrónico en el que The Prodigy ha sabido adaptarse y sobrevivir tras casi 25 años de existencia.



    La jornada del viernes día llegaría a su fin de nuevo en el Sony Stage y de nuevo con un grupo español: El Columpio Asesino. De nuevo el suelo de madera parecía respirar con los brincos de toda la gente allí congregada que se dejaba la piel con Diamantes, Perlas pero sobre todo en el cierre con Toro, la canción más aclamada de los de Pamplona.

    En el tercer y último día empezamos viendo a The Lumineers, que con una luz tenue y unas cuantas lámparas de araña crearon un ambiente único en el escenario Bilbao a través de sus tranquilas canciones de folk rock –quizá demasiado tranquilas– como Dead Sea, Big Parade o sus megaconocidos Ho hey o Stubborn Love. Un ambiente único que remataron al bajarse con sillas e instrumentos entre el público para tocar varias canciones con la luna llena de fondo.

    Pero en el fondo muchos de los que allí había reunidos querían ver a The Black Keys, protagonista indiscutible del sábado con su único concierto en España. Se esperaba mucho y no decepcionaron con sus ganas y la fuerza de hits como Dead and Gone, Little Black Submarines, Gold on the Ceiling y por supuesto Lonely Boy, con los cuales los casi 40.000 espectadores que cabían en el escenario Bilbao vibraron y saltaron al unísono, aunque se echó de menos que el volumen de la música estuviera más alto.

    Y si alguien se quedó con ganas de más, todavía quedaba MGMT para cerrar el festival. No se veía al grupo implicado del todo y el público se mantenía casi estático con los nuevos temas de su último disco (MGMT, 2013) pero con los grandes clásicos actuaba como un resorte: era sonar Time to Pretend, Electric Feel o Weekend Wars y parecíamos asistir a un concierto totalmente diferente, sobre todo con el cierre de Kids que produjo el éxtasis general en un segundo escenario que se volvió a quedar pequeño. Parece que los de Connecticut han abandonado ese estilo hippie/trival en su vestuario y escenografía (si bien es cierto que la pantalla con imágenes psicodélicas tras ellos no faltó) y parece que otros grupos han recogido el testigo, como el caso de Crystal Fighters.

    Los londinenses, entre plumas y flores ofrecieron un buen concierto la noche del jueves tras Phoenix, pero es indudable que han perdido la pegada de los primeros años. Ya no es tanto un sonido innovador que mezcla por ejemplo sintetizadores con instrumentos tradicionales vascos como la txalaparta y que suena a discoteca, si no que se va acercando cada vez más a sonidos pop y playeros, más tranquilos y pausados. Ya no es tanto Star of Love (2010), con temas tipo I Love London o Plage si no más Cave Rave (2013) con canciones como Wave o You & I , (salvo excepciones como Love is all I got). No se puede negar la diversión en los conciertos de Crystal Fighters, pero ya no es lo mismo que antes y veremos qué dirección toma la banda.

    Y esta es una pregunta que cobra especial significado desde el fallecimiento del italiano Andrea Marongiu, antiguo batería del grupo que hace un mes murió a los 33 años de edad y que obligó a la banda a cancelar sus cuatro conciertos de fin de gira en España, el 12 de septiembre en el festival Solar Fest Mallorca, el 18 en Granada, el 19 en Pamplona y el 21 en Madrid. Finalmente los de Granada (Palacio de Congresos) y Madrid (Teatro Circo Price), se han reubicado y se celebrarán el 27 y el 28 de octubre, respectivamente.



    Una oportunidad para ver de nuevo en directo a Crystal Fighters, que había considerado según sus propias palabras “la posibilidad de cancelar todas estas actuaciones, pero nos dimos cuenta de que era volviendo a juntarnos como una banda y saliendo para estar con vosotros, nuestros increíbles fans, como podríamos afrontar nuestra pérdida y encontrar una nueva fuerza para seguir haciendo lo que amamos”, aseguraban en un comunicado la semana pasada a Europa Press.

    Por último, el grupo subrayaba que quiere “dedicar esta serie de conciertos, así como todo el futuro trabajo al recuerdo de Andrea, y agradecerle toda la brillantez y generosidad” que brindó al grupo mientras estuvo con ellos.

    Con ellos estuvo la última vez que les vi en vivo y en directo, en un concierto en el cual Graham Dickson (guitarra y txalaparta) dijo una frase que no pueden ser más verdadera y que para mí cobraría un especial significado dos meses más tarde cuando moriría su compañero y amigo Andrea Marongiu: “El futuro es una ilusión”.



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    Item Reviewed: BBK Live, la última vez que vimos a Crystal Fighters Rating: 5 Reviewed By: Redacción Joyride Magazine
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