Por Samuel Nava | @stupidtobegin
La oscuridad no siempre refleja tristeza o desolación. A
veces, en medio de las tinieblas, es posible encontrar destellos de luz tan brillantes
que merecen ser vistos o escuchados. Ese es el caso de la música de Candy
Colors, quienes con un sonido que roza el post punk, inspirados por
poderosas líneas de bajo y brillantes sintetizadores, están haciendo cada vez más ruido en la escena nacional.
La banda oriunda de León, Guanajuato está conformada por Juan, Daniel, Diego, Hermann,
Oscar e Ibo y desde 2009 son unión, luego de que estuvieran en proyectos alternos.
Así, con apenas cinco años, los Candy Colors han tenido la oportunidad de tocar junto a grandes bandas
internacionales como las Dum Dum Girls. Su música llega a cada vez más gente, y
como parte del festejo del No Aniversario de Joyride Magazine, tuvimos a la
banda en entrevista antes de su presentación:
Influencias de
la banda
Óscar: Cada uno tiene un sinfín de gustos. En mi caso, me
encantan las cosas indie, cosas más ruidosas. Pero en general, al hacer Candy
Colors, al componer algo, cada uno trae algo diferente, es como un licuado.
¿Cómo definirían
su música?, ¿Un licuado de qué?
Óscar: De plátano porque somos puros hombres (risas).
Hermann: Nosotros no lo podemos definir, pero lo que nos
han dicho es que la gente lo asocia más con el post punk, new wave o al synth
pop. Nosotros no consideramos que sea eso, pero es lo que la gente percibe. A
final de cuentas, son ellos los que lo deciden
¿Cómo nacen sus canciones?
Óscar: Un 70% de la rola es el bajo. En ‘Casus
Belli’ empezamos con sintetizadores y
bajo. Hermman llega con una idea, la pulimos hasta que nos guste a todos y se agregan
elementos de cada uno.
¿Qué dicen las
letras de Candy Colors?
Óscar: Están bien tristes todas. Al momento de escribir
nos basábamos en cosas que nos estaban pasando.
¿Por qué en
inglés?
Óscar: No nos gusta ponernos la barrera del idioma. No
porque eres una banda mexicana tienes que cantar en español. Afuera te van a
empezar a decir: “suenan así, deberían ser así”, y eso te puede llegar a
bloquear creativamente. Además el inglés es un lenguaje universal.
¿Qué pasa con la
escena en León?
Daniel: No hay escena; hay bandas, pero no hay medios, no
hay lugares, no hay público, solamente hay bandas.
Hermann: Las bandas se la pasan buscando oportunidades fuera.
Muchas veces la gente foránea es la que está más al pendiente de bandas al
interior del país.
¿Su opinión
sobre la escena en la Ciudad de México?
Hermann: La gente aquí es muy cálida, se da tiempo de
escucharte, respeta tu trabajo, lo valora y hasta lo hace parte de su vida.
Óscar: En León la gente que va a las tocadas solo ve a las
bandas de sus compas. Terminan de tocar y se retiran. Acá la gente viene a un
lugar a escuchar a la banda que sea que esté tocando.
Diego: En la Ciudad de México hay
sinergia entre las bandas, organizadores, medios, la audiencia. Todos nos
apoyamos entre todos, desde el público hasta las bandas
Hermann: Es muy
multidisciplinario, no es nada más el apoyo de algo visual, es la búsqueda de
cosas diferentes. DF es una ciudad cosmopolita, en cuanto llegas acá se da un
intercambio cultural, hay más de donde captar ideas.
Casus Belli...
Diego: Lo grabamos en León, en noviembre
de 2012. Tardamos casi un año entre
componer y grabar. Fue grabado en Marro Records con gente que aportó mucho,
todo fue análogo, estuvimos muy contentos.
Hermann: Al momento de la
grabación contamos con la opinión de otras personas. Queríamos abrirnos más. En
otros estudios llegas, grabas y te entregan tu material, en este caso no fue
así.
En una corta carrera, ya les ha tocado compartir cartel con bandas como
Triángulo de Amor Bizarro y las Dum Dum Girls ¿qué han aprendido de esos shows?
Óscar: Esos shows son muy
importantes, son una ventana para que te vean los medios y te conozcan otras
personas. Las aprecias porque no son tocadas que haces cada ocho días, pero disfrutamos
más los toquines chiquitos, los más íntimos, porque interactúas con la gente.
Hermann: No somos una banda que
diga “esta es nuestra área y no te acerques”. Somos una banda más para estos
shows (chicos) que para escenarios grandes. Lo más importantes es que en el
ensayo somos seis personas, pero en vivo somos uno con la gente.
Daniel: También hemos aprendido a
hacer los soundchecks más rápido,
tienes diez minutos y ya. En los shows chiquitos todos estamos en chinga, ya sabes
qué hacer.
Diego: El aprendizaje radica en
ser más profesionales, a valorar el tiempo, eso es muy importante.
¿Qué sigue para la banda?
Daniel: Estamos preparando nuevo
disco, apenas estamos comenzando a componer.
Hermann: Tenemos una sorpresita,
un conector con el disco anterior. La grabación apenas se está realizando. Hay
unas versiones en vivo que se grabaron en la Ciudad de México, es un material
en vivo. No sabemos cuánto tiempo tarde en quedar porque queremos que tenga la
mejor calidad posible, que todo salga bien.
¿De qué color es la música de Candy Colors?
Todos: Negra (risas).
Hermann: Como diría Maradona “yo
no voy a hacer mi vida gris, blanca o negra va a ser” (risas).
Óscar: Gris, en definitiva. La
personalidad de la banda, aunque no lo crean, es demasiado extrovertida, la
gente piensa que somos súper amargados y no, nos encanta divertirnos.
Hermann: El arte del disco es en
blanco y negro, tiene mucho que ver con la música. No podríamos hacer una
portada con colorcitos o un arcoíris. Va muy coherente el arte y la música del
disco, responde a un mismo concepto.