Fotos y texto: Redacción Joyride Magazine
La noche de cumpleaños empezó con el bailongo de The Oaths. La banda tapatía, recién firmada por Arts & Crafts, se dedicó a interpretar prácticamente todo su material debut y un par de nuevas canciones. En general el trío mexicano dejó buenas sensaciones, puso a bailar a más de uno y en todo momento se mostraron cálidos y agradecidos con el público que empezaba a llenar el teatro circular del Polyforum Siqueiros.
Con un ensamble bien armado, potencia en percusiones y delicadeza en sonidos electrónicos, The Oaths ofreció un muy buen warm up para lo que venía.
Bear In Heaven llegó a oscuras. Humo y destellos de una tímida luz azul que se movía a través del escenario, sólo dejaba ver las siluetas de la tripleta neoyorquina. Apenas el sintetizador empezó a darnos las primeras notas de Autumn, cuando Jon Philpot, vocalista de la banda, pidió al público se acercara más al centro... más a ellos.
No cabe duda que cuando la barrera de la distancia se rompe, todo se disfruta más. Es como cuando le das el primer beso a la mujer que te gusta... se acercan, rompen ese muro invisible, hay intimidad, ambos gozan; y lo que se vivió la noche de ayer, fue puro gozo, tanto para los asistentes, como para Bear In Heaven.
Así, se fueron presentando elementos que nos enamoraron más: la banda se sentía feliz, cómoda y plena... cual romance nuevo de manita sudada. Nuevo como su más reciente LP del que pudimos escuchar todas las canciones, siendo Demons la más bailada.
Con algunos tracks básicos del Beast Rest Forth Mouth, como Lovesick Teenagers, Bear In Heaven fue dando entrada a los temas del I Love You It's Cool, que probablemente fueron los que más prendieron al público presente. Para cuando sonaba The Reflection of You, la comunión con la banda era total.
Después de abandonar el escenario tras interpretar Cool Light, Bear In Heaven regresó para interpretar un pequeño pero excitante encore. Una versión extendida de You Don't Need the World bastó para hacer del cierre algo perfecto; así pues, la banda se despidió como lo hace un amor verdadero... con un abrazo.
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