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    miércoles, 31 de diciembre de 2014

    Caloncho en El Lunario


    Texto y fotos: Jorge A. López Mendicuti | @jlopezmendicuti

    Es difícil imaginar que todo salió de un EP casero, FRUTA, un pequeño álbum nominado a dos Grammy Latinos con más alma que producción y suficiente poder para llevarte al más cálido de los lugares cuando le das play. Un EP que, después de haber cubierto tres presentaciones de Caloncho a lo largo del país, pude ver que crecía, con audiencias cada vez más numerosas y problemas cada vez más graves. Un festival cancelado por una tormenta cercana a una inundación, una noche cálida como abridor y culminando con una presentación casi llena dentro del Lunario del Auditorio Nacional en una de las ciudades más grandes del mundo: siempre mejorando.

    Instantáneas fueron tomadas, oraciones dichas y memorias de presentaciones pasadas contadas para culminar en un abrazo final antes de caminar por el pasillo hacia el escenario. Y, al igual que una ceremonia de graduación, caminaron hacia sus posiciones el baterista Cristobal Martínez, el carismático bajista Dex, el guitarrista Kristian Parker y, finalmente, Caloncho, hacia un público gritando que se volvió luego cuando empezó a sonar Homeotermo.


    Después vino Los Animales, con una invitada especial en la forma de la siempre serena y atractiva Vanessa Zamora para una rendición de Julia. El verano y el baile se empezaron a sentir con la primer nota de Pasa Tiempo haciendo eco en el lugar, seguida del resucitado cóver a Bésame Morenita y la canción Chanates. La noche se fue al lado acústico con Mango Taco sólo para volverse en una locura con el provoca besos Chupetazos –un favorito de las mujeres–, seguido de Autocar y el himno a los crudos El Derroche, con el baterista de Technicolor Fabrics, Abraham López acompañando en percusiones y el trompetista Ruko Vagales añadiéndole su toque entre canciones.

    Fue en este punto de la noche cuando un par de botargas de una banana y –lo que parecía– un mango gigante, armaron la tradicional lluvia de frutas durante La Chora. Muchas personas del público recibieron madrazos de piñas, plátanos, mandarinas y papayas o se pusieron en modo Fruit Ninja para esquivar los golpes. Luego de lo que parecía un sueño húmero de vegetariano, comenzaba el encore.


    Con una estación de loops y sólo guitarra en mano, Caloncho regresó al escenario y se volvió una sombra de sus primeros días como músico: sin banda que lo acompañara y confiando en su tempo interno, tocó Boredom Rodríguez, un recuerdo de sus toquines en cafés.

    Lo último de la noche vino con Palmar, esa droga sonora que provoca calor, baile y sol instantáneos. Y el último golpe vino con una presentación especial de Siddhartha durante la canción Loco. Oliendo a pasillo de frutas y verduras de mercadito dominguero, fuimos atrás para celebrar, tomar fotos de los músicos y sus familias, a guardar los instrumentos y el equipo y guardarlos al hotel.


    Después nos dirigimos a quién sabe dónde, a quién sabe qué hora, pero parecía el after más patético desde fuera. En cuanto entramos a lo que parecía un antiguo restaurante de hamburguesas, con notas meticulosamente enmarcadas y ordenadas en paredes enormes de tonos rosas grité ¡Vayan atrás! ¡Parece una película de Wes Anderson! Lo que no sabía era que, al dar la vuelta por los baños, había un enorme salón con muebles de cuero, cubierto de madera y con un aire de décadas pasadas, parecido a los bares secretos durante las épocas de la Ley Seca.

    Y, al igual que las películas de Wes Anderson, al igual que ese lugar, la música de Caloncho tiene la misma vibra: parece extrañamente ‘bonita’ y sencilla a primera oída pero, justo cuando menos lo espera, te pega con su belleza a niveles desconocidos.

    Y se siente muy bien...

    (Da click aquí y continúa leyendo la entrevista que le hicimos a Caloncho)



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    Item Reviewed: Caloncho en El Lunario Rating: 5 Reviewed By: Redacción Joyride Magazine
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