¿La mejor versión de los Black Lips? Muchos dicen que no, que Underneath The Rainbow, su nuevo disco, no es más que la continuación del Arabia Mountain de 2011, es decir, más garage punk grabado en low-fi. Pero, ¿acaso eso es estancarse? Con el garage nunca se tiene suficiente. Además, este disco tiene la peculiaridad de haber contado con Patrick Carney de los Black Keys como productor.
El disco inicia con Drive My Buddy, donde por momentos se escuchan esos riffs que remontan al country y al blues de los Black Keys. Después viene Smiling, algo más relajado, de lo menos potente del disco, una canción que igual puede funcionar como una balada, pero no una cualquiera, porque no es un grupo cualquiera; es una balada sucia, impregnada de lo que son los Lips. Make You Mind recurre al blues, tanto en el ritmo y estructura como en las breves intervenciones de armónica.
Funny tiene un inicio más oscuro, la voz de Cole Alexander es la constante mientras el tema de a poco se vuelve cambiante, volviéndose más rítmico, hacia su lado más punk. Dorner Party es una de las mejores canciones del disco, poderosa y desde el principio muestra lo que es: una fiesta, una fiesta rítmica, con guitarras fuertes, un solo al estilo de la vieja escuela y una batería siempre furiosa que sin previo aviso alcanza un final igual de intenso y conciso que no hace más que preparar el terreno para Justice After All, otra de las destacadas; jugando con el country y el blues, el riff de guitarra siempre presente y los arreglos en los pre-coros inundan de una nostalgia más bien resignada. Boys in the Wood continúa, es el primer sencillo del álbum y otra balada sucia, con tintes de blues por aquí y por allá, donde los coros se vuelven épicos. En realidad es esta la parte más poderosa del disco.
Waiting deja ver ciertos arreglos de piano como fondo, Do The Vibrate es otra “balada” oscura, más fuerte que las anteriores y tal vez más parecida a lo que se hizo en el Arabia Mountain, pues incluso se dejan escuchar arreglos de sax al final cuando la voz de Cole se descompone y pierde la estética; se ve que la banda sigue haciendo garage, punk, rock . I Don’t Wanna Go To Home es otra de las importantes, acá se puede notar la presencia de un sintetizador al fondo… es donde se ve la mano del productor.
El álbum comienza a cerrar con Dandelion Dust, canción en la que se percibe un sonido que bien podríamos atribuir a los Black Keys. Dog Years es el cierre ideal para un disco que dejó de lado el low-fi y se deja ver mayor producción en los temas, más cuidado en los arreglos y las atmósferas, aunque al final no deja de ser un álbum de los Black Lips, un disco de garage punk, aunque no tan sucio o roto como el anterior y en el que se alcanzan a percibir vestigios de trabajos anteriores como Good Bad Not Evil o el ya mencionado Arabia Mountain.