Reseña: Aldo Sánchez | @un_tal_aldo
A las 9:30 de la noche se apagarían las luces (después de la apertura de telón a cargo de los mexicanos, Beat Buffet) para que Matt y Kim salieran a escena. Claramente emocionados, dieron las gracias al público por su asistencia y dieron inicio con un breve intro para proseguir con 45 King.
La fiesta no esperó calentamiento y cuando apenas iniciaba su tercera canción, Matt dejó sus sintetizadores y Kim la batería para repartir globos a las primeras filas del público. Ya para cuando Cameras y Silver Tales sonaban, El Plaza se había convertido en un salón de fiestas.
¡Literal! No exageramos en decir que el ambiente en El Plaza emulaba cualquier fiesta infantil de McDonald's o Burger King. Matt y Kim derrocharon tanta energía que acabaron aburriendo.
Entre canciones había intervenciones de pistas de hip-hop y dubstep que Matt lanzaba desde su ordenador, seguido de brincos y pasos de baile de su acompañante. No quiero decir que sea un pecado dejar de lado tu música para animar al público y de vez en cuando sacar una carcajada, pero hacer lo mismo siete veces durante un mismo show raya la ridiculez.
El set estuvo variado; abarcó su exitoso disco, Sidewalks, y también tomó prestadas canciones del Lightning de 2012. Así, pasamos por canciones como Let's Go, Now, Tonight e Ignition. Destacamos el cover hecho al éxito noventero, Better Off Alone de Alice Deejay (que para ser sinceros fue de lo mejor de la noche).
Matt & Kim son muestra perfecta de que el ánimo y enjundia de un grupo no lo son todo sobre el escenario; se necesita melancolía (incluso bromearon mientras interpretaban Ten Dollars I Found, una de sus pocas canciones tranquilas) y seriedad para poder cautivar a los asistentes.
Gracias, Matt; gracias, Kim. Ahora podré buscarlos para la fiesta de mi primito Lalo.
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