Reseña por Aldo Llorens | @aldoelhombre
No quiero ponerme en plan moralista y decir que todo aquello es un pecado –de hecho muchos de nuestros proyectos musicales favoritos han tropezado con algunas de esas palabras, si no es que por todas–. Lo que quiero exponer, amigos míos, es la sensación que se genera en el consumidor musical cuando la propuesta sonora es elaborada por un personaje totalmente auténtico, sencillo y lejano a cualquier pretensión causada por el talento.
Mac DeMarco ya tiene la fama, seguro que se ha dejado cobijar por algún psicotrópico y no dudo que su cuenta bancaria vaya en ascenso cada día. Sin embargo, el tipo se mantiene fiel a la propuesta mostrada desde el inicio de sus tiempos musicales, y eso se agradece.
Hace apenas un año el mundo fue presa de Salad Days, la segunda placa comercial de DeMarco –tercera si contamos el Rock and Roll Night Club, que prácticamente fue un experimento–. El cálido sonido lo-fi que emanaba la desgastada guitarra de Mac nos cautivó y muchos le seguimos la pista. Lamentablemente nos falló en Bahidorá, pero aquello sólo produjo que más mexicanos se acercaran al fenómeno mediático en el que se ha convertido el canadiense.
Poco más de un año después el güero nos regala Another One, un "miniálbum" de ocho nada despreciables canciones que con todas las de la ley puede ser considerado como un LP hecho y derecho. Al igual que sus anteriores placas, fue grabado en la comodidad de su apartamento en Brooklyn; la producción corrió a cargo del mismo Mac y él también se encargó de grabar instrumentos adicionales. Magia.
El nuevo viaje inicia con The Way You'd Love Her, tema que confirma el mood romántico que ha cautivado a Mac y que se hará presente en varias ocasiones de aquí en adelante. Una de las canciones alegres a las que nos tiene acostumbrados, repleta de vibratos gangosos.
Le sigue Another One, con menos guitarra y más teclado. Tranquila y hasta cierto punto contemplativa, la canción es guiada por el tempo impuesto por una impecable batería. La guitarra regresa con No Other Heart, que continúa con el ánimo amoroso de la placa.
Just To Pull Me Down nos abraza con cierta psicodelia, arrasa con ese aire de playa, cerveza, porros y amigos. La energía generada es sometida un instante con A Heart Like Hers, un tema cadencioso con presencia de teclados que revienta en un coro estupendo.
¿Quien trae a Mac de cabeza? I've Been Waiting For Her es una clara expresión de un hombre enamorado, feliz y deseoso de compartir momentos con una mujer... otro hit enmarcado por guitarra y pedal gangoso que nos ofrece un mágico solo para cerrar el track. De esas canciones que te han pensar que la vida, la música y el amor son fáciles.
La recta final inicia llega con Without Me, otra canción para bailar pegadito y suavecito con tu chica. La voz de DeMarco apenas y nos habla, una guitarra chiclosa lleva la batuta, mientras la rítmica y el teclado hacen lo propio en el fondo. El tema de bodas de los hipsters.
El cierre corresponde a My House By The Water, un outro que se llena de agua –literal– y teclado. No hay voz y ofrece relación con la portada del álbum así como con el mood de éste: sentimientos hogareños, sencillos, pero sin duda importantes.
En conclusión se siente la cercanía de Salad Days; el mismo estilo, la misma vibra. Nos queda claro que más de una de las canciones de Another One fue concebida a la par de su álbum anterior y que únicamente se pulieron hasta unirlas en un "miniálbum". Una cosa queda clara: el trabajo es impecable, Mac nos dio más de lo que nos gusta, más canciones para atardeceres naranjas. ¿A quién le dan pan que llore?
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