Texto y fotografía: Luis Avilés
Todo se alineó para que segunda edición de Axe DFX fuera una de las mejores fiestas que la vida nocturna de la ciudad de México vivirá en este año. Era sábado, era quincena, la cartera estaba llena, el corazón se enamoraba cada 5 minutos con todas las muchas chicas guapas, la cerveza estaba fría y en las tornamesas Lao, Shlohmo, Totally Enormous Extinct Dinosaurs y Christian Löffer hicieron que la pasáramos bailando y sudando hasta la madrugada del domingo.
Debido a la desorganización del personal de seguridad de SALA, quienes con muy poca agilidad para dar acceso, provocaron que se hiciera una fila enorme para entrar, cosa que provocó que tristemente no pudiéramos ver el set de Lao. Pero nos contaron que estuvo demasiado fino.
Tal y como lo anunciaron desde un principio, Distrito Global se lució y puso muy guapo a SALA, con unas estructuras multimedia a los costados en las que se proyectaban luces y visuales, hicieron que fuera toda una experiencia audiviovisual de ensueño.
Ya entrados en ambiente y aclimatados con lo que sucedía dentro, Shlohmo se aventó set candente, tanto, que provocó que el perreo por un momento fuera parte de la noche, así que inevitablemente la temperatura subió peligrosamente y los cuerpos sólo cedían ante los ritmos que invitaban al pecado.
Cerca de la una y media de la madrugada, y después de varias cervezas encima y con SALA a su máxima capacidad, llegó el turno de reventar la noche con Totally Enormous Extinct Dinosaurs, quien con su característica tensa calma y su cara llena de pecas, hizo que nuestro estrés acumulado de la semana muriera en ese mismo instante. Haciendo sonar un hit de Disclosure y por momentos seduciéndonos con música disco que nos transportaba al Patrick Miller, el climax de la noche llegó cuando sin piedad dejó ir Garden e hizo que todos las caderas bailaran cadenciosamente a un mismo compás.
Terminando su set Orlando Tobias Edward Higginbottom fue sacado de SALA cual rockstar rodeado de seguridad, mientras Christian Löffer tomaba su lugar en las tormamesas, que tras un inicio incierto debido a unas fallas técnicas, tuvo que parar su set por un momento. La madrugada se fue diluyendo para los valientes que se quedaron hasta el final a bailar con sus minúsculos beats, que crearon una mezcla de baile y nostalgia, cerrando así de manera elegante una noche salvaje.
El reloj marcaba las 4:30 de la madrugada del domingo y la segunda edición de Axe DFX llegaba a su fin, regalándonos una noche de contrastes entre sudor, perreo, amores pasajeros, muchas luces y eterno baile.
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