Texto: José Israel Bautista Cruz
Fotos: Diego Figueroa
A las siete de la noche, los fans ya habían creado una gran fila para entrar a El Plaza Condesa. A pesar de los pronósticos pesimistas de un inmueble medio lleno, el evento resultó un éxito arrebatador. No fue para menos, un miembro y fundador de una de las bandas más importantes de nuestros tiempos, The Strokes, Albert Hammond Jr. llegó a rockear y a demostrar que como solista es una máquina de composición e interpretación increíble.
Rey Pila ha sido el encargado de abrir algunos conciertos de Albert Hammond Jr. desde el año pasado, obviamente no podía faltar que abriera un concierto más en su tierra. Fue una digna presentación de una banda acogida por la disquera de Julian Casablancas, Cult Records. Dentro del show presentaron varias canciones que figurarán en su segundo álbum. El público los respetó y movió cabezas a su son hasta el final.
Después de casi media hora de Diego Solórzano y compañía, llegó el momento esperado, aquel guitarrista extrovertido de The Strokes no se posicionó en la esquina derecha del escenario como le es habitual en con su banda, Albert Hammond Jr. se postró al centro de la tarima con la carisma y sencillez que lo caracteriza.
La muchachada que en su mayoría son grandes fans del quinteto neoyorkino, cantó fielmente todas las canciones de Albert, principalmente las rolitas que se desprenden de su último lanzamiento, el EP AHJ: St. Justice, Strange Tidings o Cooker Ship la cual en vivo es simplemente fenomenal. Guitarras precisas, la batería estruendosa y una voz desgarradora que hizo tener a la audiencia hipnotizada canción tras canción.
Sin embargo, no se olvidó de tocar aquellas baladas que lo hicieron saltar al mundo en solitario; esas melodías que se desprenden del Yours To Keep: Holiday, Everyone Gets A Star, 101, además del sencillo In Transit, esta última fue canción clave en todo el concierto por esa forma de prender a los fans tan repentinamente.
Después de un par de rolas con Hammand Jr. y su guitarra y de un encore que pareció despedida, llegaron para despedir al público con una canción más. Los asistentes esperaron más rolas, no obstante con una hora y cuarto, más menos, quedaron bien satisfechos. Un concierto que demostró que Albert es más que un guitarrista genial, es, igualmente, un frontman de gran altura.