Texto: Jose Bautista
Foto: Lulú Urdapilleta
Antes del agasajo
emocional-físico-espiritual de la primera fecha en México de Atoms for Peace, un hombrecillo se
apoderó del escenario –con su acompañante percusionista- para darle al público
la primicia esa noche: baile, mucho baile.
El hombrecillo que abrió de
manera espectacular fue James Holden.
Sintetizadores de la vieja escuela y una batería fueron suficientes para que
brazos y piernas de la juzgadora asistencia, comenzaran a llevarle el ritmo. No
decepcionó; no hubo abucheos ni el clásico: “ya bájate”.
Con la fina puntualidad británica,
a las 9:30, Thom, Flea, Nigel, Mauro y Joey se postraron en el escenario del
Pepsi Center con la seguridad de La Súper Banda que son, sí, La Súper Banda.
Más lenta que en el disco, Before Your Very Eyes... abrió la
presentación, llegó hasta el alma; la
segunda parte, esa que deja a un lado el riff y se concentra en el
sintetizador, fue arrolladora.
Se pensaría que los instrumentos más llegadores
son: bajo, guitarra, piano, etc., por otro lado, la tecnología en los
instrumentos sería algo más sintético; sin embargo Thom y compañía demostraron que pueden llegar a lo más profundo de
nuestras entrañas con las herramientas que ellos se propongan, clásicas o
novedosas.
Ejemplo fue la interpretación de Default, con efectos a tope pero con un
fondo cargado de sentimiento. Ingenue suena distinta en vivo… tal vez
más hermosa; en el álbum hay una secuencia muy marcada, misma que Mr. Thom realiza con piano, no
obstante, ¡las percusiones son exactamente iguales!
En todo el concierto se vio a un Yorke callado, pero
carismático; a Flea como… flea
(pulga), siempre de esquina a esquina; a Nigel
concentrado en lo suyo, haciendo de todo en la guitarra, coros, teclados y
efectos; a Mauro y Joey, puntuales, exactos, precisos en
cada golpe.
A pesar de haber cumplido 45
añitos este lunes, Thom sigue
manteniendo la energía que proyecta en Radiohead
desde siempre; Flea, otro veterano,
mantuvo encendido al público con sus gestos y
ocurrencias. ¿Viejos? Para nada. Tienen fuerza aún para rato.
Otro momento inolvidable fue
cuando aterrizaron el cover de UNKLE,
Rabbit in your Headlights, canción que tal vez muchos pensamos morir sin escucharla, estos virtuosos nos hicieron
el sueño realidad.
Llegaron del segundo encore con
un cover de Marvin Gaye, Got to Give Up. Nada como el funk para
amenizar la noche. ¡Qué bonita sorpresa!
Fueron 18 canciones, casi dos
horas de Atoms for Peace, rolas de The
Eraser, Amok, Thom Yorke, Radiohead, UNKLE y hasta de Marvin Gaye lo que hizo inolvidable el 9 de octubre. Desde hace un
buen tiempo que en México no se presenciaba un concierto de tal excelencia.