Por José Bautista
¿Se puede decir que evolucionaron con su nueva placa? ¿Retrocedieron acaso? ¿Qué fue lo que pasó? En definitiva, están en otro canal; sin embargo mantienen la esencia.
Iniciaron imitando a bandas garage de los 60, con su álbum debut, Strange House, en el 2007, por mencionar algunas, nombremos a The Sonics, The Monks o The Seeds. De ellas recuperaron las guitarras ahogadas en overdrive, sonidos oscuros transportados al órgano y los gritos de aquellas emblemáticas bandas.
Para su segundo álbum dejaron a un lado lo vintage y se concentraron en la saturación del shoegazing, donde contaron con la producción de Geoff Barrow, productor e integrante de Portishead. Primary Colours tuvo por nombre. El éxito: Sea Within a Sea. Este tema, con una duración de casi ocho minutos, sorprendió al mundo entero, por no continuar con el mismo sonido y, por una mezcla de sintetizadores, guitarra fulminante y a un Faris Badwan entonado; simplemente fue la mejor canción creada hasta ese momento por ellos.
Pasaron dos años para que llegara Skyin, tercer álbum de estudio, donde The Horrors volvería a cambiar el rumbo. En ese entonces, retomaron un género que estaba olvidado, el krautrock. Para esta placa, decidieron dejar fluir la pomposidad de cada miembro, muestra de ello fue el sencillo Still Life. Rola lenta que transporta por su ambientación psicodélica. Sin embargo, no tuvo el mismo impacto que Primary Colours. En esos mismos ayeres nació Tame Impala, quien llegó con más psicodelia y empañó la imagen los ingleses.
Ahora, tres años después, llegan con nueva placa, Luminous, producido por la misma banda, en donde vuelven a cambiar el rumbo establecido. Pero, ¿hacia dónde se dirige el quinteto?
Las guitarras son más frecuentes que en el disco anterior, no obstante, tienen un sonido… diferente. Las palabras de Faris lo dicen todo: “Creo que sería un error decir que tiene más guitarras o más sintetizadores, porque la mitad del tiempo las guitarras suenan como sintetizadores de todos modos”, afirmó en el lanzamiento del primer sencillo, I See You.
Esta primera canción de Luminous, por cambiar el rumbo del krautrock, tardó en convencer. A pesar de ello, a la tercera escucha es difícil no amarla. Es un track dinámico, al parecer Joshua no tiene mucha presencia, pero en los destellos donde aparece, sencillamente pinta la canción, la hace mágica; el otro integrante destacable, aquí y en todo el disco, es Tomethy Furse, creador de atmósferas bailables sin caer en lo vulgar.
Al escuchar en su totalidad el cuarto álbum, se nota de inmediato una gran producción en la voz de Badwan: los gritos, la imperfección de esa voz que tanto amamos, desapareció. Por otro lado, hay resplandores del Primary Colours, tal es el caso del track que abre el disco, Chasing Shadows, Jealous Sun y Falling Star, ya que Spider Web y Joshua Third atiborran con distorsión sus instrumentos.
El baile se encuentra en First Day Of Spring, con un exquisito final, y en In And Out Of Sight, canción única, inesperada, sorprende de tanta genialidad. También hay baladas que recuerdan por sus leves chispazos a Skying y Primary Colours, como el segundo sencillo, So Now You Know, y la última parte del disco encabezada por Change Your Mind.
¡No hay más que decir! Es un disco fenomenal. Nos atrevemos a decir que será uno de los mejores álbumes del año. No hay duda.
¿Evolucionaron? ¡Sí! Han cambiado sin perder su esencia. Siguen asombrando. Ahora, con la novedad de que te pondrán a bailar.
