Fotos Franccel Hernández
Después de andar tocando por Europa, These New Putitans se presentó el pasado sábado 7 de diciembre en El Plaza Condesa como parte de la promoción del álbum Field of reeds, disco que aunque cambia el sonido de sus trabajos anteriores (Beat pyramid 2008, Hidden 2010), conserva la esencia de la banda. Los tonos bajos que la caracterizan y la solidez de sus composiciones son indicios de músicos que maduran y trabajan dedicadamente en la creación.
La presencia como vocalista de Elisa Rodrigues, quien usualmente es intérprete de jazz, es majestuosa. La cantante vino a dar a los ingleses nuevos planos sonoros que junto a los instrumentos de viento (trompeta y corno) y el piano genera sensaciones muy placenteras para el espectador.
Las primeras notas fueron tocadas por Jack Barnett, dos notas que repite en su bajo envolvieron los oídos de los pocos que llegamos al auditorio. Spiral fue la primera rola. En esta parte del concierto, interpretaron canciones del último disco, Fragment two y The light in yourname. Esta última impactante por los fuertes y precisos remates de batería (George Barnett, el gemelo de Jack).
We want war y Attack music, con sus percusiones eléctricas, sus secuencias, y su manipulación de voces (Thomas Hein) retumbaron en nuestros cuerpos. La doble percusión de estos tipos suena increíble. Fue esto lo que los caracterizó en su segundo álbum y en su presentación pasada en la capital mexicana.
Continuaron interpretando canciones del disco de 2013, Organ eternal, Field of reeds, y V. Con este último tema, uno por uno, los músicos fueron abandonando sus instrumentos.
Regresaron a las tenues luces azules del escenario con una versión más áspera y electrónica de We want war. El último tema que interpretaron antes de abandonar El Plaza fue Orion.
11 temas bastaron para brindar una buena exposición de lo que son These New Puritans en estos días: músicos con capacidad de adaptar sus producciones para la ejecución en vivo, músicos que valen la pena y que, sin duda, seguirán ofreciéndonos extraordinarias presentaciones.
Después de andar tocando por Europa, These New Putitans se presentó el pasado sábado 7 de diciembre en El Plaza Condesa como parte de la promoción del álbum Field of reeds, disco que aunque cambia el sonido de sus trabajos anteriores (Beat pyramid 2008, Hidden 2010), conserva la esencia de la banda. Los tonos bajos que la caracterizan y la solidez de sus composiciones son indicios de músicos que maduran y trabajan dedicadamente en la creación.
La presencia como vocalista de Elisa Rodrigues, quien usualmente es intérprete de jazz, es majestuosa. La cantante vino a dar a los ingleses nuevos planos sonoros que junto a los instrumentos de viento (trompeta y corno) y el piano genera sensaciones muy placenteras para el espectador.
Las primeras notas fueron tocadas por Jack Barnett, dos notas que repite en su bajo envolvieron los oídos de los pocos que llegamos al auditorio. Spiral fue la primera rola. En esta parte del concierto, interpretaron canciones del último disco, Fragment two y The light in yourname. Esta última impactante por los fuertes y precisos remates de batería (George Barnett, el gemelo de Jack).
We want war y Attack music, con sus percusiones eléctricas, sus secuencias, y su manipulación de voces (Thomas Hein) retumbaron en nuestros cuerpos. La doble percusión de estos tipos suena increíble. Fue esto lo que los caracterizó en su segundo álbum y en su presentación pasada en la capital mexicana.
Continuaron interpretando canciones del disco de 2013, Organ eternal, Field of reeds, y V. Con este último tema, uno por uno, los músicos fueron abandonando sus instrumentos.
Regresaron a las tenues luces azules del escenario con una versión más áspera y electrónica de We want war. El último tema que interpretaron antes de abandonar El Plaza fue Orion.
11 temas bastaron para brindar una buena exposición de lo que son These New Puritans en estos días: músicos con capacidad de adaptar sus producciones para la ejecución en vivo, músicos que valen la pena y que, sin duda, seguirán ofreciéndonos extraordinarias presentaciones.
